Me llamo Ángeles Pedraza y soy la presidenta de la asociación mayoritaria de víctimas del terrorismo de España, con más de 4.500 asociadas.

Cada día lucho al frente de la asociación por defender la Verdad, Memoria, Dignidad y Justicia de todas y cada una de las víctimas del terrorismo porque se lo debo a mi hija.

El día 11 de marzo de 2004, a las 7:39 horas se paró la vida de mi hija Myriam, con tan solo 25 años. Ese día, a esa misma hora, también se paró la mía. Vivir dejaba de tener sentido, me obligaron a ver cómo me la arrebataban de mis brazos sin ninguna razón, sin poder entenderlo, sin poder despedirme…

Robaron mi vida y la de miles de personas por culpa de la sinrazón terrorista, en lo que ha sido el mayor ataque terrorista de la historia de España. Ya han pasado casi 4.000 días desde que mi hija no está conmigo. Los mismos 4.000 días desde que decidí que iba a luchar porque se supiese la verdad de lo ocurrido, por defender su dignidad, mantener viva su memoria y lograr que se hiciera la justicia que ella y sus compañeros de viaje merecían.

Por todo esto, saqué fuerzas de donde no había, las multipliqué y decidí luchar, porque era lo que mi hija habría hecho por mí. Todo este dolor que siento, nunca tendrá consuelo, pero la lucha para lograr la justicia que las víctimas merecen me alivia y me anima a seguir.

Trabajando en la Asociación, he conocido a madres y padres que perdieron a sus hijos, a jóvenes y no tan jóvenes que han crecido siendo huérfanos y viudas con niños pequeños que nunca recordarán a sus padres. La AVT me ha permitido relacionarme con representantes de las más altas instituciones, legisladores y jueces, a los que siempre les he transmitido el mismo mensaje: que hagan su trabajo y apliquen la ley de manera estricta y sin concesiones, rogándoles que se detengan un minuto para pensar en las víctimas del terrorismo, porque ellos también son hijos, seguramente padres… y eso, es lo mínimo que pueden hacer por nosotras.

Desde hace meses, tengo la horrible sensación de que estamos desandando el camino que tanto esfuerzo nos ha costado recorrer. Últimamente las víctimas tenemos la sensación de que nuestras instituciones intentan aislarlos para dar la razón a los terroristas con tal de que triunfe el borrón y cuenta nueva. Algunos tratan de silenciar nuestra lucha y nuestros anhelos por conseguir la Verdad, Memoria, Dignidad y Justicia de las víctimas del terrorismo.

A pesar de su insistencia, las víctimas ya hemos vivido el peor momento de nuestras vidas y ante los ataques y las situaciones adversas nos crecemos.

No olvidemos que la aplicación estricta de nuestras leyes, junto con la acción de la justicia, ha llevado a grupos terroristas como ETA a “desactivar la lucha armada” tal y como reconocían en uno de sus comunicados publicados en Gara. Hoy no hay tiro en la nuca pero se hacen concesiones a terroristas, se permite que los amigos de los terroristas estén en las instituciones y se flexibiliza y exprime al máximo la legislación en beneficio de los que asesinaron, secuestraron e hirieron, dejando miles de vidas rotas.

Yo soy madre y seguiré luchando para darle a mi hija la justicia que merece.

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Autora: Ángeles Pedraza

Presidenta de la Asociación Víctimas del Terrorismo