Se han cumplido 60 años desde la firma de los Tratados de Roma. El 25 de marzo de 1957, Alemania Federal, Bélgica, Francia, Italia, Luxemburgo, y los Países Bajos rubricaron uno de los acuerdos más importantes del viejo continente, dando origen a la Unión Europea.

Aniversario del Tratado de Roma (1957-2017)

Aniversario del Tratado de Roma (1957-2017)

«Europa no se hará de una vez ni en una obra de conjunto: se hará gracias a realizaciones concretas, que creen en primer lugar una solidaridad de hecho.» Esta afirmación, a modo de declaración de intenciones, forma parte del argumentario que Robert Schuman plasmó un 9 de mayo de 1950 en la histórica Declaración que lleva su nombre. El estadista y reputado jurista, ministro de Asuntos Exteriores francés entre 1948 y 1952 y, también, uno de los padres fundadores de la unidad europea, tenía claro el nuevo camino que Europa debía emprender.

Han pasado más de seis décadas desde aquel embrionario proyecto, conocido como Plan Schuman, el cual, acabaría conformando la actual Unión Europea.

El estadista francés proyectó un plan de futuro para unificar y fortalecer a las naciones europeas muy maltrechas y debilitadas tras la Segunda Guerra Mundial. Para ello diseñó un control conjunto de la producción del carbón y acero, las materias primas más importantes de la industria de armamentos. La idea caló entre los gobiernos europeos. Con la producción en común del carbón y acero, países como Francia y Alemania, rivales históricos durante la II Guerra Mundial, sería «no sólo impensable, sino materialmente imposible» que cayeran en otra terrible contienda.

Por su parte el consejero político y económico, Jean Monnet, inspirador del plan Schuman, se afanó para convencer a las naciones firmantes (Francia, Alemania Occidental, Italia, los Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo) de la necesidad para confluir en ese mercado común. Poco a poco, se estaban apuntalando las bases para que aquellas primeras instituciones supranacionales conformaran una nueva Europa unida.

En definitiva, se podría y debía construir un nuevo panorama político sobre el que edificar los «Estados Unidos de Europa». Tras la experiencia de la Segunda Guerra Mundial, Winston Churchill, junto al resto de los padres fundadores de la Unión Europea, estaban convencidos de que únicamente una Europa unida podía garantizar la paz. Su objetivo era eliminar de una vez por todas las lacras europeas del nacionalismo y el belicismo.

Seis décadas después de aquella histórica Declaración de Schuman, cabe preguntarse hacia dónde camina nuestra Europa de hoy, la de los 28 Estados miembros con forma de personalidad jurídica única bajo la Unión Europea, como sujeto internacional así reconocido tras la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, el 1 de diciembre de 2009.

Declaración Schuman

Robert Schuman

Pues bien, sin minusvalorar el progreso vivido en Europa durante todos estos años, reconociendo la estabilidad política y social que supone tan largo periodo sin haber caído en el abismo de otro gran conflicto bélico, no es menos cierto que, Europa, lleva años renqueando, asomándose a un futuro tan incierto como repleto de nuevos peligros.

El Parlamento Europeo, se ha convertido en una enorme burbuja donde cientos de burócratas piensan demasiado en sus propios intereses y muy poco en los intereses generales de los europeos. La reciente salida de UK de la UE, sin duda, es un claro ejemplo de ello. El conocido como Brexit por parte del Reino Unido, puede significar la punta de lanza de la desmembración futura de la Unión Europea.

Lo cierto es que la Unión Europea, a día de hoy, está constituida por un conglomerado de países con intereses, en ocasiones, demasiado contrapuestos. Faltan criterios de unidad real en temas clave como la seguridad, la justicia o la economía. No obstante, el balance del paraguas sobre el que nos protegemos los europeos ha sido positivo hasta la fecha.

A futuro, convendría reforzar estos criterios unificadores de política fiscal, justicia y defensa, muy necesarios en un mundo tan globalizado en el que, además, existen muchas amenazas externas (véase el terrorismo fundamentalista) para una organización supranacional que fue creada, precisamente, con el objetivo de intentar afianzar las democracias, las libertades y el respeto de los derechos humanos.

En caso contrario, los pilares sobre los que fue sustentada aquella nueva Europa, nacida de la Declaración de Schuman y, sobre todo, los esfuerzos y sacrificios realizados por millones de europeos, se verán seriamente mermados por un nuevo orden mundial que amenaza con aniquilarlos.

Toca repensar en los valores sobre los que fue creada aquella Europa de postguerra, pues tal y como también quedó recogido en sus principios fundacionales: «La paz mundial no puede salvaguardarse sin unos esfuerzos creadores equiparables a los peligros que la amenazan.»

Autor: Carlos D. Lacaci
Abogado y consultor
@Lacaciabogado