Al tiempo que escribo estas líneas un ex Presidente de Gobierno de España, Adolfo Suárez González, se debate entre la vida y la muerte, según anuncia su propio hijo, Adolfo Suárez Illana, en un justificado tono de angustia y dolor por el duro trance del momento en el que la familia espera el triste desenlace.

¿Quién es Adolfo Suárez González?, obviamente ésta, parece una pregunta sin sustancia, no por lo mucho que de la figura enorme de Suárez se pueda contar, sino porque, precisamente, su enorme personalidad no parece dejar hueco para hacernos esta pregunta, desde un niño hasta un anciano, todos saben decir, perfectamente, quién es Adolfo Suárez.

Teniendo claro lo anterior, ¿por qué entonces me hago, les hago, esta pregunta?. La respuesta la podemos encontrar repasando la vida, por un lado, de un personaje, de otro, la de una persona. El nombre y apellidos, en ambos casos coincide, pero entre uno y otro hay matices que conviene hacer para dar respuesta a aquélla.

A la pregunta de quién es Adolfo Suárez González, podríamos responder sobre el personaje y sobre la persona:

Suárez es un político y abogado, nacido en Cebreros, Ávila, un 25 de septiembre de 1932. Fue presidente de Gobierno de España entre 1976 y 1981. SM el rey Juan Carlos I le concedió el ducado de Suárez, con grandeza de España, y es también caballero de la Orden del Toisón de Oro.

Lo escrito en el párrafo anterior es, pese a lo muy sustancial del personaje de Suárez, lo que a todas luces es menos esencial para dar respuesta a la pregunta enunciada en el título de este artículo. Entiéndase el «menos esencial» por el hecho de no aportar nada nuevo sobre lo mucho y bien escrito por infinidad de enciclopedias o libros de historia, no sólo en España, también allende nuestras fronteras.

Entonces, ¿dónde encontraríamos la esencia para dar respuesta a la pregunta de quién es, quién fue, este ex Presidente del Gobierno de España?.

En mi humilde opinión, la esencia hay que buscarla buceando no sobre los datos históricos de la muy relevante figura de Suárez, sino en sus datos biográficos, en los datos de su misma persona y personalidad, en el hombre de a pie, en el hijo, padre y esposo que fue, que es, en el amigo de sus innumerables amigos…

Adolfo Suárez, bajo este segundo prisma es aún más grande, si cabe, que la figura política e histórica presentada por historiadores, politólogos, sociólogos, etc.

Es y será muy difícil repetir en la historia de España una figura de la talla política de Suárez, entre otras cosas, porque cada personaje público y político de un país se circunscribe a un contexto determinado, al espacio temporal en el que le toca poner a prueba sus propias capacidades, tomando decisiones de calado para intentar mejorar la vida de los ciudadanos a los que se gobierna.

Pero, además, la dificultad en poder repetir otra figura histórica como Suárez, viene determinada por el hecho interno de su misma personalidad.

Suárez fue, ante todo, un hombre que supo sacrificar sus propios intereses a los del bien común, un hombre que fue capaz de renunciar a parte de su patrimonio económico, al poder que como personaje público adquirió, por supuesto también, a cualquier tipo de prebendas u ofrecimientos gratuitos de los que ahora, por desgracia, estamos habituados a ver de parte de la clase política, sindicalista o empresarial.

Adolfo Suárez tuvo y tiene muchas cualidades como persona. Muchas de esas cualidades personales son las que posibilitaron que tuviéramos en España a un Político con mayúsculas. Un personaje con altura de miras que, desde su atalaya, pudo divisar cosas que otros muchos no podían, ni aún hoy pueden ver: El sacrificio individual por lo colectivo; La tenacidad y esfuerzo personal en la causa común (la causa común, no era cuestión menor, estaba en juego la Transición Democrática en España); La capacidad para conciliar posturas encontradas y su alto grado de compromiso, responsabilidad, y lealtad Institucional (tan echado en falta y necesitados de ello en los tiempos actuales).

Quedan apuntadas aquí sólo unas pocas cualidades personales de un fastuoso y virtuoso personaje político. Pero hay que reparar en que esas cualidades, junto a otras muchas, son las que hicieron posible contemplar a ese personaje irrepetible en la historia de España.

No obstante, déjenme un último apunte, de entre todas las virtudes descritas en la persona de Suárez, hay una que aún no les he mencionado…

Antes de cualquier otra virtud, antes de todas esas cualidades personales que tuvo y tiene Adolfo Suárez, hay una que brilla con luz propia: el ex Presidente del Gobierno de España, D. Adolfo Suárez González es y fue un Hombre Bueno.

Con mis respetos para un hombre de bien, transmitiendo todo mi apoyo y cariño a la familia y amigos de Suárez.

Autor: Carlos D. Lacaci
Abogado – Consultor
M. Consj. Asesor Cremades & Calvo-Sotelo