Corren malos tiempos para la testifical en los tribunales, es compleja, dudosa y variada, mantiene poca persistencia y al final siempre hay testificales en ambas partes. ​Tampoco corren buenos tiempos para los indicios, salvo que sean muchos y coherentes tal y como dice el Tribunal Supremo, aunque los sumandos deben ser muchos, quizás demasiados.

​Estamos en los tiempos de la prueba. Pruebas caligráficas, balísticas, genéticas, documentales, videográficas y así un sin fin de ellas. ​Hoy en los Tribunales la prueba es la clave para discernir la verdad, y en ella los médicos tenemos mucho que decir. Hoy la pericia médica es fundamental para decantar una Sentencia, y aunque la pericia no es vinculante, la motivación es una exigencia legal incontestable.

El perito médico explora, estudia, analiza y elabora sus conclusiones en un informe ad hoc, que puede ser público (médicos forenses y peritos judiciales) o privado (es decir de parte), pero en cualquier caso su ratificación en la Vista, lo convierte en una prueba, qué si es consistente y se ciñe a la verdad científica, puede resolver Juicios muy complejos.

La pericia médica puede ser de cualquier especialidad: sexual, traumatológica, antropológica, medicina interna, toxicológica, psiquiátrica, valoración de lesiones, y así un largo etcétera que va a abarcar toda la medicina en su conjunto.

Al perito médico se le requiere cada vez con más frecuencia y en los más diversos asuntos: jurisdicción penal (imputabilidad), civil (incapacidad), socio-laboral (invalidez), militar (aptitud), canónica (nulidades), y así una larga serie de posibilidades incluido el Contencioso.

La biotecnología ha dado además un empujón enorme a la pericia médica con los análisis de ADN, biológicos, radiológicos, bioquímicos y en general de pruebas complementarias que utilizadas con sabiduría son un instrumento inopinable, sus resultados “se ven”.

El perito médico debe poseer no solo la sabiduría clínica propia de su ciencia, además debe ser versado en terminología jurídica y lo que es más importante poder traducir en palabras sencillas y claras las conclusiones, no se trata de dar una lección científica, si no de iluminar a un Tribunal o lo que es más complicado a un Jurado.

Cuántas veces hemos escuchado en Vistas Orales a ilustres catedráticos exponer de forma farragosa e inescrutable sus consideraciones, que por ser de difícil entendimiento caen en saco roto, y que pocas veces hemos visto a peritos más sencillos de abolengo exponer con claridad meridiana su ciencia de forma simple y entendible.

​La pericia médica debe ser un equilibrio entre la profundidad del estudio y la sencillez de la exposición, si no estará abocada al fracaso.

Hoy con la especialidad de medicina legal y forense ya existen algunos profesionales que se han perfeccionado en esta materia, y que junto a los peritos públicos hacen un papel importante en la Justicia a todos los niveles, pero debemos seguir estudiando para reclamar un puesto de nuclear de estos auxiliares de la Administración de Justicia.

​Y finalmente quisiéramos llamar la atención de los letrados, bufetes procuradores y todo el personal que trabaja día a día en la defensa o acusación particular, que el perito existe, está ahí, disponible, y puede ser un aliado inestimable a la hora de llegar con éxito a unas pretensiones jurídicas.

Los jueces, fiscales y personal funcionario de la Administración Judicial ya saben que los peritos públicos están, y en ellos descansan muchas veces, pero no en raras ocasiones subestiman y dan de lado a la pericia de parte, como si “estuviera comprada” o “sesgada” a favor del cliente. Craso error, el perito privado como el público está obligado, a decir verdad, y a considerar todos los elementos de las partes enfrentadas a la hora de emitir y defender sus conclusiones, promete o jura tal verdad, y se expone a delitos graves si incumple tal cometido como la falsa pericia, penada con privación de libertad.

​Quisiéramos pues, desde este foro que se nos abre en el despacho Lacaci & Delgado Abogados dejar estas sencillas reflexiones para que el futuro de la práctica forense pase por la necesaria colaboración de la pericia médica, hoy tan preparada y dispuesta a colaborar como lo estuvo siempre.

España fue siempre un país de grandes peritos y estudiosos de la medicina legal, desde Orfila, Pedro Mata en la antigüedad hasta la escuela de Gisbert Calabuig más recientemente. No desaprovechemos a estos profesionales.

Autor: Dr. José Cabrera y Forneiro
Psiquiatra. Académico de la Academia Médico Quirúrgica Española. Ex presidente de la Sociedad Española de Toxicología Clínica, ex Director General de la Agencia Antidroga de la Comunidad de Madrid y experto de la Agencia Española del Medicamento y de la Agencia Europea de Evaluación de Medicamentos EMEA.