He decidido compartir con ustedes la carta que he escrito este año a los Reyes Magos. La razón para hacerla pública responde a un deseo: Que puedan leerla muchas personas, y éstas, a su vez, puedan replicarla entre sus contactos. Así, como el mensaje encerrado en la botella que se arroja al mar, el destinatario final podrá ser cualquier conocido o desconocido de aquí o de allá que quiera aportar su granito de arena a esta causa.

Mi carta a los Reyes Magos, dice así:

Queridos Reyes Magos:

A lo largo de este año he tenido la suerte de conocer, casi por casualidad, como suelen llegar las grandes alegrías de la vida, a dos personas. Cuando aquella mujer, C, y aquel hombre, O, llegaron a mi vida, en un espacio diferenciado, aunque no muy distanciado en el tiempo, ambos dibujaron en sus rostros una sonrisa tan especial que aún hoy recuerdo esos dos momentos como si no hubiera transcurrido un solo minuto desde entonces.

A ‘O’, le conocí en una cena, cuyo anfitrión era un buen amigo común. Recuerdo que cuando acudió al restaurante, los demás comensales ya estábamos dispuestos para comenzar la celebración de nuestro amigo. Al llegar, ‘O’ saludó educadamente y mostró su sonrisa. Luego entendí que aquella sonrisa no solo dibujaba un gesto de alegría por compartir un buen momento entre amigos, sino que formaba parte de su manera de ser, de vivir, de luchar…

A ‘C’ la conocí a través de una red social, también, por medio de otros amigos en común. Recuerdo que publicaba imágenes y frases que, siempre, transmitían alegría y optimismo. En una ocasión me envió un mensaje para compartir algunas vivencias de su pasado y así pudimos entablar una amistad que, aunque fuera en el plano virtual, era sincera. Pero, sobre todo, al igual que me ocurrió con ‘O’, lo que aún recuerdo de ‘C’ es su sonrisa: Cada una de las fotografías que publicaba en esa red social estaban dibujadas con una sonrisa que iluminaba y vestía de luz su cara.

Al poco tiempo de coincidir con estos dos conocidos, hoy ya buenos amigos, me sorprendieron con esta noticia: A ambos, les habían diagnosticado una enfermedad, los dos padecían un cáncer. Recuerdo que esas semanas, a penas transcurrieron unos días desde la mala nueva de ‘O’ a la de ‘C’, pasé unos días de incertidumbre y tristeza. No entendía bien cómo era posible que esas dos personas, que unas semanas atrás reflejaban tanta fuerza y alegría, ahora estuvieran pasando por ese difícil trance vital.

Pues bien, con el paso de los meses ‘C’ y ‘O’ nos han enseñado que, precisamente por vestirse cada día con las sempiternas sonrisas que dibujan sus rostros e iluminan no solo sus vidas, también las de los que les rodean, están siendo capaces de afrontar, luchar y superar sus enfermedades.

Conozco que ustedes llevan la magia a aquellos que más han hecho por merecerla. Si durante el año lo hemos merecido, si hemos sido buenas personas, ustedes, queridos Reyes Magos, son capaces de convertir nuestros sueños e ilusiones en realidad.

Por ello, Majestades, lo que hoy quiero pedirles para estas dos personas que han sabido portarse mejor que bien, que han demostrado no rendirse ni un solo segundo en los contratiempos de sus vidas, que no han dejado de sonreírle a la vida, lo que les pido es la total recuperación para mis dos amigos, ‘O’ y ‘C’.

Y, como causa común, justa y necesaria, también quiero hacerles extensible esta petición, no solo para mis amigos, también para todos y cada uno de los niños y adultos que padecen la enfermedad del cáncer.

Como les dije al comienzo de esta carta, también deseo que todos ustedes puedan difundir este mensaje para que llegue a todos los rincones del mundo, porque, entre todos nosotros, también podremos convertir los rostros de tristeza de las personas con cáncer en bellas sonrisas como las de mis dos amigos. Entre todos podemos hacer magia, pidiéndoselo a los Reyes Magos…

…Y colaborando con la Asociación Española de contra el Cáncer (AECC)
https://www.aecc.es/Paginas/PaginaPrincipal.aspx

Gracias C y O por vuestro ejemplo

Reyes Magos

Autor: Carlos D. Lacaci

Abogado y Consultor